"BUSCÁBAMOS CREAR UN ALOJAMIENTO SINGULAR Y LLAMATIVO PARA ACERCAR A LAS PERSONAS A LA NATURALEZA A TRAVÉS DE UNA EXPERIENCIA INMERSIVA EN UN ENTORNO TOTALMENTE ALEJADO DE ZONAS URBANAS".
I ncluso en España, donde el sector turístico lleva más de medio siglo creciendo y muchos destinos en todo el país sufren hoy los efectos de la masificación, siguen surgiendo proyectos que apuestan por un modelo de explotación diferente y más sostenible. Uno de nuestros favoritos es Irati Barnean, el alojamiento rural de Marina e Iñaki en plena Selva de Irati, en el norte de Navarra. “Iñaki y yo amamos viajar, la naturaleza y los deportes al aire libre. Fue a partir de nuestros intereses y nuestros conocimientos que creamos Irati Barnean”, comparte Marina. “Nuestra propuesta busca cubrir las tendencias turísticas actuales en nuestra comunidad autónoma, donde las actividades al aire libre y en la naturaleza están en auge.”
La pareja comenzó la construcción de los iglús en plena pandemia, llevando a cabo ellos mismos muchos de los trabajos. “Nuestros iglús han sido construidos a través de un innovador sistema de edificación modular ecológica que se adapta al usuario, al entorno y a climas tanto fríos como cálidos”, nos explica Marina. “Los materiales empleados son de bajo impacto, lo que, junto con un buen aislamiento y la adecuada orientación de las estructuras, permite una eficiencia energética muy elevada y una edificación prácticamente pasiva. Elegimos la forma de iglú porque buscábamos algo estéticamente innovador y sobre todo, funcional y en armonía con el entorno. (¡alojarte en un iglú es toda una experiencia!).”
Tras abrir sus puertas en junio de 2021, el proyecto floreció e Irati Barnean cuenta en la actualidad con 5 habitaciones. Buscando generar un turismo responsable con el planeta, lejos de aglomeraciones y en contacto directo con la naturaleza, Iñaki y Marina ofrecen a sus huéspedes actividades como experiencias micológicas, salidas ornitológicas o rutas en bicicleta eléctrica en colaboración con empresas locales. Como nos cuenta Marina, el objetivo es dar un servicio diferenciado y exclusivo que consiga atraer un turismo de calidad a la Selva de Irati: “Queremos dar a conocer el medio rural y acercar al mundo estas comunidades sin alterar sus tradiciones y costumbres. Por ello trabajamos con empresas relacionadas con el turismo activo que, a través de diferentes actividades, forman y educan a los visitantes. Además, hemos seleccionado para las cenas un pack de productos de la zona que son una verdadera exquisitez: embutidos Maskarada de cerdo euskal txerri, foie gras de elaboración artesanal Etxenike y queso de Orbaizeta de nuestra típica oveja latxa, todo ello acompañado de unos maravillosos vinos de Otazu, la bodega situada más norte de la península. Todos estos alimentos de altísima calidad se sirven envasados para descubrir al visitante marcas locales y apoyar el consumo de cercanía.”
Como sucede con la puesta en marcha de cualquier negocio, el nacimiento de Irati Barnean no estuvo exento de retos, los cuales Marina e Iñaki superaron trabajando juntos. “Tuvimos que lidiar con mucha burocracia, acudir a multitud de reuniones con diversos organismos de turismo, ayuntamientos y entidades locales, y conseguir la financiación inicial y algunas subvenciones,” dice Marina mientras sonríe y se encoge de hombros. “Al margen de todo eso, la ejecución de obra, en la que aprendimos muchísimo sobre construcción y materiales, ha sido el mayor puzzle de nuestras vidas debido a la dificultad que supuso la colocación de cuatro toneladas de tejas de una en una por nosotros mismos.”
Ahora, confiando en el crecimiento estable de un sector que cada día atrae a más personas, esta pareja navarra tiene en mente planes para mejorar las capacidades y servicios de su alojamiento rural. “A corto plazo, queremos usar los comentarios de los primeros visitantes para mejorar las instalaciones actuales, así como aumentar las opciones de cenas y actividades disponibles,” indica Marina. “Más adelante, nos gustaría contar con un mayor número de habitaciones, aunque siempre desde el respeto al medio y manteniendo nuestra esencia de exclusividad y conexión con este increíble entorno natural.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Alza Studio / Berta Buzunarriz / Eneko Azpirotz
"BUSCÁBAMOS CREAR UN ALOJAMIENTO SINGULAR Y LLAMATIVO PARA ACERCAR A LAS PERSONAS A LA NATURALEZA A TRAVÉS DE UNA EXPERIENCIA INMERSIVA EN UN ENTORNO TOTALMENTE ALEJADO DE ZONAS URBANAS".
I ncluso en España, donde el sector turístico lleva más de medio siglo creciendo y muchos destinos en todo el país sufren hoy los efectos de la masificación, siguen surgiendo proyectos que apuestan por un modelo de explotación diferente y más sostenible. Uno de nuestros favoritos es Irati Barnean, el alojamiento rural de Marina e Iñaki en plena Selva de Irati, en el norte de Navarra. “Iñaki y yo amamos viajar, la naturaleza y los deportes al aire libre. Fue a partir de nuestros intereses y nuestros conocimientos que creamos Irati Barnean”, comparte Marina. “Nuestra propuesta busca cubrir las tendencias turísticas actuales en nuestra comunidad autónoma, donde las actividades al aire libre y en la naturaleza están en auge.”
La pareja comenzó la construcción de los iglús en plena pandemia, llevando a cabo ellos mismos muchos de los trabajos. “Nuestros iglús han sido construidos a través de un innovador sistema de edificación modular ecológica que se adapta al usuario, al entorno y a climas tanto fríos como cálidos”, nos explica Marina. “Los materiales empleados son de bajo impacto, lo que, junto con un buen aislamiento y la adecuada orientación de las estructuras, permite una eficiencia energética muy elevada y una edificación prácticamente pasiva. Elegimos la forma de iglú porque buscábamos algo estéticamente innovador y sobre todo, funcional y en armonía con el entorno. (¡alojarte en un iglú es toda una experiencia!).”
Tras abrir sus puertas en junio de 2021, el proyecto floreció e Irati Barnean cuenta en la actualidad con 5 habitaciones. Buscando generar un turismo responsable con el planeta, lejos de aglomeraciones y en contacto directo con la naturaleza, Iñaki y Marina ofrecen a sus huéspedes actividades como experiencias micológicas, salidas ornitológicas o rutas en bicicleta eléctrica en colaboración con empresas locales. Como nos cuenta Marina, el objetivo es dar un servicio diferenciado y exclusivo que consiga atraer un turismo de calidad a la Selva de Irati: “Queremos dar a conocer el medio rural y acercar al mundo estas comunidades sin alterar sus tradiciones y costumbres. Por ello trabajamos con empresas relacionadas con el turismo activo que, a través de diferentes actividades, forman y educan a los visitantes. Además, hemos seleccionado para las cenas un pack de productos de la zona que son una verdadera exquisitez: embutidos Maskarada de cerdo euskal txerri, foie gras de elaboración artesanal Etxenike y queso de Orbaizeta de nuestra típica oveja latxa, todo ello acompañado de unos maravillosos vinos de Otazu, la bodega situada más norte de la península. Todos estos alimentos de altísima calidad se sirven envasados para descubrir al visitante marcas locales y apoyar el consumo de cercanía.”
Como sucede con la puesta en marcha de cualquier negocio, el nacimiento de Irati Barnean no estuvo exento de retos, los cuales Marina e Iñaki superaron trabajando juntos. “Tuvimos que lidiar con mucha burocracia, acudir a multitud de reuniones con diversos organismos de turismo, ayuntamientos y entidades locales, y conseguir la financiación inicial y algunas subvenciones,” dice Marina mientras sonríe y se encoge de hombros. “Al margen de todo eso, la ejecución de obra, en la que aprendimos muchísimo sobre construcción y materiales, ha sido el mayor puzzle de nuestras vidas debido a la dificultad que supuso la colocación de cuatro toneladas de tejas de una en una por nosotros mismos.”
Ahora, confiando en el crecimiento estable de un sector que cada día atrae a más personas, esta pareja navarra tiene en mente planes para mejorar las capacidades y servicios de su alojamiento rural. “A corto plazo, queremos usar los comentarios de los primeros visitantes para mejorar las instalaciones actuales, así como aumentar las opciones de cenas y actividades disponibles,” indica Marina. “Más adelante, nos gustaría contar con un mayor número de habitaciones, aunque siempre desde el respeto al medio y manteniendo nuestra esencia de exclusividad y conexión con este increíble entorno natural.”
Texto: José María Sainz-Maza Del Olmo
Fotografías: Alza Studio / Berta Buzunarriz / Eneko Azpirotz