" MAS SANT MARC NO ES SÓLO UNA SIMPLE CASA RURAL, SINO UNA HISTORIA VIVA. UNA MASÍA QUE HA SIDO RENOVADA CON MIMO Y SENSIBILIDAD PARA OFRECER UNA EXPERIENCIA DONDE, LO ANTIGUO Y MODERNO CONVIVEN EN PERFECTA SINTONÍA CREANDO MOMENTOS MÁGICOS E INOLVIDABLES. "
V olver a lo esencial. A lo auténtico, a disfrutar de las cosas más primitivas. Algo aparentemente sencillo pero difícil de encontrar en una sociedad que cada día vive de forma más acelerada. Entre ese ritmo alto de vida, encontrar proyectos como Mas Sant Marc es un verdadero regalo de vida. Enclavada entre prados infinitos y montañas majestuosas, Mas Sant Marc es mucho más que una casa rural: es una invitación a reconectar con la naturaleza, con uno mismo y con una forma de vida que respira calma, autenticidad y belleza a partes iguales. A tan solo unos minutos de Puigcerdà y de la frontera francesa, esta masía del siglo XIX ha sabido evolucionar sin perder su alma, gracias al mimo de tres generaciones de una familia catalana y al talento contemporáneo del equipo de Brummell Projects.
Desde que el bisabuelo de Kiko Morer la levantara con sus propias manos, Mas Sant Marc ha sido testigo de historias entrañables y paisajes que cambian con cada estación. Su abuela decidió transformarla en casa de huéspedes en 1985, y hoy, Kiko y su equipo han perfeccionado la experiencia, conservando su carácter rústico con paredes de piedra y suelos de parquet, mientras integran detalles cuidados, confort moderno y una sensibilidad estética que respeta el entorno.
La masía cuenta con 14 habitaciones, una villa y un bungalow independiente, cada espacio diseñado para que los huéspedes se sientan como en casa. Las habitaciones dobles, amplias y luminosas, se abren al jardín, a la montaña o a la piscina, y ofrecen un refugio de paz para quienes buscan desconectar del ruido del mundo. Las suites, más espaciosas y con un toque refinado, permiten disfrutar de las vistas al pico de Tossa d'Alp o del calor de una tarde invernal junto a la chimenea. Además, para quienes desean más privacidad, el bungalow y la villa brindan independencia, amplitud y todos los detalles pensados al milímetro para una estancia perfecta en constante contacto con la naturaleza.
Pero Mas Sant Marc no es solo un lugar donde dormir: es un destino en sí mismo. El desayuno, servido cada mañana, es una experiencia sensorial que comienza con huevos orgánicos preparados al momento, mermeladas artesanales y pan recién hecho. En el Honesty Bar, los huéspedes pueden servirse a su gusto, como si estuvieran en casa de un buen amigo, con snacks y bebidas cuidadosamente seleccionados.
En su restaurante, el alma de la Cerdanya se sirve en cada plato. Desde carnes a la brasa hasta verduras asadas como la clásica escalivada. Cada bocado respira tradición y productos de proximidad. En los días fríos, el comedor rústico acoge a los comensales con calidez, mientras que en las estaciones suaves, la terraza se convierte en el lugar perfecto para almorzar bajo el sol o cenar bajo las estrellas.
Mas Sant Marc también es un lugar para vivir activamente la naturaleza. Paseos a caballo o en pony desde su propio centro ecuestre, rutas en bicicleta o caminatas por los alrededores de Puigcerdà, donde las carreteras planas a 1200 metros de altitud son ideales para explorar sin prisas. Son algunas de las actividades que el entorno nos ofrece. Por otro lado, en invierno, las pistas de esquí de La Molina y Masella están a solo 20 minutos en coche, convirtiendo este destino en un lugar perfecto para los amantes de la nieve.
Para aquellos que buscan bienestar, Mas Sant Marc ofrece masajes con fisioterapeutas expertos, espacios verdes para la meditación, e incluso tardes de lectura junto a la chimenea. Sus jardines y prados, amplios y cuidados con mimo, son un paraíso donde el tiempo se detiene.
Además de ser un lugar ideal para vacaciones en pareja, en familia o en solitario, Mas Sant Marc es también el escenario perfecto para celebraciones inolvidables: bodas, cumpleaños o retiros de empresa en un entorno que inspira y transforma en cada uno de sus espacios. Por si fuera poco, la tienda del hotel refleja esa conexión con el territorio: productos artesanales de la Cerdanya como mieles, chocolates, mermeladas, y objetos únicos traídos de lugares con alma, como las copas Beldi o mantas de Marrakech. Un bonito guiño tanto al producto local como a marcas con un estilo y diseño único.
Sin duda Mas Sant Marc representa el sueño de compartir lo auténtico. Desde su arquitectura tradicional hasta cada detalle de diseño, desde el sabor de su cocina hasta la calidez de su hospitalidad, cada estancia es una historia que se escribe a fuego lento, entre montañas, caballos, libros y cielos limpios. Un alojamiento que continúa siendo una experiencia única para quienes buscan algo más que un destino: para quienes quieren volver a lo esencial.
" MAS SANT MARC NO ES SÓLO UNA SIMPLE CASA RURAL, SINO UNA HISTORIA VIVA. UNA MASÍA QUE HA SIDO RENOVADA CON MIMO Y SENSIBILIDAD PARA OFRECER UNA EXPERIENCIA DONDE, LO ANTIGUO Y MODERNO CONVIVEN EN PERFECTA SINTONÍA CREANDO MOMENTOS MÁGICOS E INOLVIDABLES. "
V olver a lo esencial. A lo auténtico, a disfrutar de las cosas más primitivas. Algo aparentemente sencillo pero difícil de encontrar en una sociedad que cada día vive de forma más acelerada. Entre ese ritmo alto de vida, encontrar proyectos como Mas Sant Marc es un verdadero regalo de vida. Enclavada entre prados infinitos y montañas majestuosas, Mas Sant Marc es mucho más que una casa rural: es una invitación a reconectar con la naturaleza, con uno mismo y con una forma de vida que respira calma, autenticidad y belleza a partes iguales. A tan solo unos minutos de Puigcerdà y de la frontera francesa, esta masía del siglo XIX ha sabido evolucionar sin perder su alma, gracias al mimo de tres generaciones de una familia catalana y al talento contemporáneo del equipo de Brummell Projects.
Desde que el bisabuelo de Kiko Morer la levantara con sus propias manos, Mas Sant Marc ha sido testigo de historias entrañables y paisajes que cambian con cada estación. Su abuela decidió transformarla en casa de huéspedes en 1985, y hoy, Kiko y su equipo han perfeccionado la experiencia, conservando su carácter rústico con paredes de piedra y suelos de parquet, mientras integran detalles cuidados, confort moderno y una sensibilidad estética que respeta el entorno.
La masía cuenta con 14 habitaciones, una villa y un bungalow independiente, cada espacio diseñado para que los huéspedes se sientan como en casa. Las habitaciones dobles, amplias y luminosas, se abren al jardín, a la montaña o a la piscina, y ofrecen un refugio de paz para quienes buscan desconectar del ruido del mundo. Las suites, más espaciosas y con un toque refinado, permiten disfrutar de las vistas al pico de Tossa d'Alp o del calor de una tarde invernal junto a la chimenea. Además, para quienes desean más privacidad, el bungalow y la villa brindan independencia, amplitud y todos los detalles pensados al milímetro para una estancia perfecta en constante contacto con la naturaleza.
Pero Mas Sant Marc no es solo un lugar donde dormir: es un destino en sí mismo. El desayuno, servido cada mañana, es una experiencia sensorial que comienza con huevos orgánicos preparados al momento, mermeladas artesanales y pan recién hecho. En el Honesty Bar, los huéspedes pueden servirse a su gusto, como si estuvieran en casa de un buen amigo, con snacks y bebidas cuidadosamente seleccionados.
En su restaurante, el alma de la Cerdanya se sirve en cada plato. Desde carnes a la brasa hasta verduras asadas como la clásica escalivada. Cada bocado respira tradición y productos de proximidad. En los días fríos, el comedor rústico acoge a los comensales con calidez, mientras que en las estaciones suaves, la terraza se convierte en el lugar perfecto para almorzar bajo el sol o cenar bajo las estrellas.
Mas Sant Marc también es un lugar para vivir activamente la naturaleza. Paseos a caballo o en pony desde su propio centro ecuestre, rutas en bicicleta o caminatas por los alrededores de Puigcerdà, donde las carreteras planas a 1200 metros de altitud son ideales para explorar sin prisas. Son algunas de las actividades que el entorno nos ofrece. Por otro lado, en invierno, las pistas de esquí de La Molina y Masella están a solo 20 minutos en coche, convirtiendo este destino en un lugar perfecto para los amantes de la nieve.
Para aquellos que buscan bienestar, Mas Sant Marc ofrece masajes con fisioterapeutas expertos, espacios verdes para la meditación, e incluso tardes de lectura junto a la chimenea. Sus jardines y prados, amplios y cuidados con mimo, son un paraíso donde el tiempo se detiene.
Además de ser un lugar ideal para vacaciones en pareja, en familia o en solitario, Mas Sant Marc es también el escenario perfecto para celebraciones inolvidables: bodas, cumpleaños o retiros de empresa en un entorno que inspira y transforma en cada uno de sus espacios. Por si fuera poco, la tienda del hotel refleja esa conexión con el territorio: productos artesanales de la Cerdanya como mieles, chocolates, mermeladas, y objetos únicos traídos de lugares con alma, como las copas Beldi o mantas de Marrakech. Un bonito guiño tanto al producto local como a marcas con un estilo y diseño único.
Sin duda Mas Sant Marc representa el sueño de compartir lo auténtico. Desde su arquitectura tradicional hasta cada detalle de diseño, desde el sabor de su cocina hasta la calidez de su hospitalidad, cada estancia es una historia que se escribe a fuego lento, entre montañas, caballos, libros y cielos limpios. Un alojamiento que continúa siendo una experiencia única para quienes buscan algo más que un destino: para quienes quieren volver a lo esencial.