" HAGO CERÁMICA ATEMPORAL, INSPIRADA EN EL PASADO, PERO CON UNA MIRADA CONTEMPORÁNEA. AL HACER CADA PIEZA A MANO, NO HAY DOS ONDAS NI DOS ASAS IGUALES."
E n un mundo donde lo inmediato parece gobernar nuestra forma de consumir, Ohyoko Ceramics propone una pausa. Una forma de conectar con el pasado a través de la artesanía, pero con una mirada actual y refinada. Detrás de esta firma de cerámica atemporal está Marta González Palacios, diseñadora gráfica de formación que, tras una década en Barcelona, encontró en el barro su verdadera vocación.
"La cerámica empezó como un hobby para desconectar del estrés y de tantas horas frente a la pantalla del ordenador", recuerda Marta. Sin embargo, lo que comenzó como una válvula de escape acabó transformándose en su proyecto de vida. Tras la pandemia, regresó a su Albacete natal, alquiló un local, compró un horno y se lanzó a experimentar sin límites. En 2022, decidió dar el salto y fundar Ohyoko Ceramics, asumiendo el reto de construir una marca propia. "El aprendizaje es constante: desde la gestión del negocio hasta la relación con proveedores o los retos que van surgiendo", afirma.
Las piezas de Ohyoko tienen una esencia única. "Creo que lo que las hace especiales es su delicadeza, sus formas orgánicas y esmaltes en tonos naturales", explica Marta. Cada pieza está hecha a mano, lo que significa que no hay dos asas ni dos ondas iguales. Pero no solo se trata de la estética: la sostenibilidad también es un pilar fundamental. "Apostamos por procesos respetuosos con el medioambiente y un packaging cuidadosamente diseñado".
Otro aspecto que diferencia a la marca es la cercanía con su público. Marta comparte pensamientos y procesos de trabajo en redes sociales, cuidando cada detalle para ofrecer una experiencia auténtica. "Me emociona cuando alguien me escribe para decirme que le encanta nuestro contenido o nuestras newsletters. En un mundo tan inmediato, donde apenas tenemos tiempo para leer, eso es un logro enorme".
Cada nuevo proyecto comienza con una fase de investigación y búsqueda de inspiración. "Casi siempre recurro al pasado y a mis propias fotos de visitas a museos de cerámica", comenta. A partir de ahí, Marta crea moodboards y bocetos, que luego se materializan en barro. "Pero el resultado final siempre varía. La cerámica es impredecible: las piezas encogen, los esmaltes reaccionan de forma inesperada...". A pesar de ello, la experiencia le ha enseñado a fluir con el proceso. "Con los jarrones, por ejemplo, aunque haga dibujos previos, me dejo llevar. Es como si el barro me hablara y me guiara".
El camino de Ohyoko Ceramics no ha estado exento de desafíos. Desde los inicios inciertos hasta la necesidad de crecer para hacer frente a la demanda, Marta ha tenido que adaptarse y evolucionar. "Ser autónoma ya es un reto en sí mismo", comenta entre risas. A día de hoy, uno de sus mayores desafíos es ampliar su mercado en España, donde la artesanía todavía lucha por ser plenamente valorada.
De cara al futuro, Marta sueña con consolidar la marca, delegar ciertas tareas en un pequeño equipo y tener más tiempo para investigar y crear. "Quiero seguir explorando y experimentar con esmaltes, que es un mundo aparte". Pero, sobre todo, su objetivo es que cada pieza tenga un significado real, evitando producir por producir. "Siempre estoy explorando nuevas ideas. Para mí, disponer del tiempo necesario para desarrollar proyectos es clave para la evolución de Ohyoko".
Con una filosofía basada en la calidad, la autenticidad y el respeto por los procesos artesanales, Ohyoko Ceramics se ha convertido en una firma a seguir dentro del diseño cerámico contemporáneo. Y todo apunta a que tiene mucho recorrido por delante.
Fotografías: Clara Lozano / Martirio González / La Sobremesa Estudio
" HAGO CERÁMICA ATEMPORAL, INSPIRADA EN EL PASADO, PERO CON UNA MIRADA CONTEMPORÁNEA. AL HACER CADA PIEZA A MANO, NO HAY DOS ONDAS NI DOS ASAS IGUALES."
E n un mundo donde lo inmediato parece gobernar nuestra forma de consumir, Ohyoko Ceramics propone una pausa. Una forma de conectar con el pasado a través de la artesanía, pero con una mirada actual y refinada. Detrás de esta firma de cerámica atemporal está Marta González Palacios, diseñadora gráfica de formación que, tras una década en Barcelona, encontró en el barro su verdadera vocación.
"La cerámica empezó como un hobby para desconectar del estrés y de tantas horas frente a la pantalla del ordenador", recuerda Marta. Sin embargo, lo que comenzó como una válvula de escape acabó transformándose en su proyecto de vida. Tras la pandemia, regresó a su Albacete natal, alquiló un local, compró un horno y se lanzó a experimentar sin límites. En 2022, decidió dar el salto y fundar Ohyoko Ceramics, asumiendo el reto de construir una marca propia. "El aprendizaje es constante: desde la gestión del negocio hasta la relación con proveedores o los retos que van surgiendo", afirma.
Las piezas de Ohyoko tienen una esencia única. "Creo que lo que las hace especiales es su delicadeza, sus formas orgánicas y esmaltes en tonos naturales", explica Marta. Cada pieza está hecha a mano, lo que significa que no hay dos asas ni dos ondas iguales. Pero no solo se trata de la estética: la sostenibilidad también es un pilar fundamental. "Apostamos por procesos respetuosos con el medioambiente y un packaging cuidadosamente diseñado".
Otro aspecto que diferencia a la marca es la cercanía con su público. Marta comparte pensamientos y procesos de trabajo en redes sociales, cuidando cada detalle para ofrecer una experiencia auténtica. "Me emociona cuando alguien me escribe para decirme que le encanta nuestro contenido o nuestras newsletters. En un mundo tan inmediato, donde apenas tenemos tiempo para leer, eso es un logro enorme".
Cada nuevo proyecto comienza con una fase de investigación y búsqueda de inspiración. "Casi siempre recurro al pasado y a mis propias fotos de visitas a museos de cerámica", comenta. A partir de ahí, Marta crea moodboards y bocetos, que luego se materializan en barro. "Pero el resultado final siempre varía. La cerámica es impredecible: las piezas encogen, los esmaltes reaccionan de forma inesperada...". A pesar de ello, la experiencia le ha enseñado a fluir con el proceso. "Con los jarrones, por ejemplo, aunque haga dibujos previos, me dejo llevar. Es como si el barro me hablara y me guiara".
El camino de Ohyoko Ceramics no ha estado exento de desafíos. Desde los inicios inciertos hasta la necesidad de crecer para hacer frente a la demanda, Marta ha tenido que adaptarse y evolucionar. "Ser autónoma ya es un reto en sí mismo", comenta entre risas. A día de hoy, uno de sus mayores desafíos es ampliar su mercado en España, donde la artesanía todavía lucha por ser plenamente valorada.
De cara al futuro, Marta sueña con consolidar la marca, delegar ciertas tareas en un pequeño equipo y tener más tiempo para investigar y crear. "Quiero seguir explorando y experimentar con esmaltes, que es un mundo aparte". Pero, sobre todo, su objetivo es que cada pieza tenga un significado real, evitando producir por producir. "Siempre estoy explorando nuevas ideas. Para mí, disponer del tiempo necesario para desarrollar proyectos es clave para la evolución de Ohyoko".
Con una filosofía basada en la calidad, la autenticidad y el respeto por los procesos artesanales, Ohyoko Ceramics se ha convertido en una firma a seguir dentro del diseño cerámico contemporáneo. Y todo apunta a que tiene mucho recorrido por delante.
Fotografías: Clara Lozano / Martirio González / La Sobremesa Estudio