"EN SUS LUMINOSAS CREACIONES SE RELACIONAN EN ARMONÍA DIFERENTES TEXTURAS, DESTELLOS DE LENTEJUELAS, LA GEOMETRÍA Y COLORES QUE REZUMAN VIDA. UNA SUMA DE DETALLES EN LA QUE SE RESPIRA CREATIVIDAD Y UNA ESENCIA SOFISTICADA Y FEMENINA QUE INVITA A LA FANTASÍA."
L a primera vez que se constató ocurrió en la Basílica de la Santa Cruz de Florencia. Bajo su cúpula confluyó el éxtasis de la belleza y el sentimiento de la alegría. Del goce artístico nació la más elevada emoción romántica: el síndrome Stendhal. Los sorprendentes espacios sensoriales de Miriam Alía producen una sensación similar de levitación artística, el efecto Wow. Para la diseñadora la inspiración puede partir del surrealismo, adquirir toques del estilo midcentury o provenir de una mirada futurista usando metacrilatos y telas iridiscentes. La luz y el color sumados a una combinación deliciosa de detalles que dialogan entre sí convierten viviendas en acogedores refugios. Tonos vibrantes y alegres, luces que nos llenan de energía, piezas curvas y sensuales capaces de transportarnos al eterno verano tropical de Palm Springs o a un paseo por las nubes. La marca de moda Dolores Promesas, la actriz Paula Echeverría y la artista Miranda Makaroff son algunas de las clientas que han caído bajo el influjo del efecto Wow. En busca de lo extraordinario Miriam Alía ha conseguido romper todas las barreras y hacernos soñar sin límites.
Parte de la filosofía que vertebra la obra de Miriam Alía son los pequeños detalles, las piezas que brillan a través de su historia, los estampados y la variedad de materiales en perfecta convivencia. En sus luminosas creaciones se relacionan en armonía diferentes texturas, destellos de lentejuelas, la geometría y colores que rezuman vida. Una suma de detalles en la que se respira creatividad, una esencia sofisticada y femenina que invita a la fantasía. No es de extrañar que desde muy temprana edad Miriam Alía sintiera clara su vocación. Siendo niña hacía casas con cajas y se cuestionaba la decoración de las viviendas de sus amigos. Cuando tuvo la oportunidad de elegir estudios se decantó por Arquitectura de Interiores en IADE. Cuenta a Ikigai Magazine que la experiencia le gustó muchísimo. “Encontrar una formación en la que estaban reunidas todas mis asignaturas favoritas y aprender más sobre ellas fue una suerte”. Disfrutó especialmente de Historia del Arte. “Siempre me ha inspirado la pintura y ver la forma en que trabajan el color para transmitir sensaciones”. Otra de las asignaturas que más le marcó fue Análisis, donde tuvo la oportunidad de experimentar con el dibujo, aprender a mezclar colores y crear nuevos tonos. La diseñadora afirma que esta fue la base para todo su trabajo posterior.
Gracias a su cuenta de Instagram hemos podido asomarnos a sus mundos. Salones que emergen de dunas de arena, ventanas que ondean y oficinas que flotan sobre láminas de agua para Bang & Olufsen. Estancias transgresoras y bañadas de luz para Madd Membership Club e incluso su maravilloso hogar estilo Años 70 en el que luz y el color se mezclan a la perfección gracias a elementos como cristaleras teñidas. El paso de la luz a través de una mampara anaranjada consigue un ambiente lleno de magia que invita a desconectar. Sus diseños son pura vitamina, optimismo y glamour. Sin embargo, cuando hablamos con ella sobre sus comienzos nos dice que “lo más difícil al principio fue enseñar lo que era capaz de hacer. Nadie puede contratarte para hacerlo si no lo ha podido ver antes”. Por ello comenzó haciendo reformas sencillas con escaso diseño, en las que sobre todo gestionaba y organizaba el trabajo. Pero gracias a Instagram y a Casa Decor pudo comenzar a mostrar lo que era capaz de hacer y comenzó a recibir propuestas. La firma de maquillaje Bourjois le ofreció su primera oportunidad en solitario, “una sala de presentaciones que era pura fantasía”. Acabado el proyecto sintió que todo era posible, que no había límites.
Su proceso creativo siempre comienza con Moodboards. Nos cuenta que “inicialmente con imágenes desde el ordenador, pero termina siendo un moodboard físico ya que voy añadiendo muestras de todos los materiales, telas y texturas que intervienen en el proyecto, me ayuda mucho a visualizar el conjunto”. En esta fase creativa puede mover, reorganizar y analizar las diferentes perspectivas en busca de la armonía, la sensación de bienestar, la funcionalidad y la combinación cromática más potente. El proceso de obra es el escenario en el que la creatividad se torna en realidad y hace que el esfuerzo merezca la pena.
Cuando le preguntamos sobre tendencias para este año 2024 la diseñadora madrileña no lo duda. “El color naranja-melocotón y el efecto monocolor en suelos, paredes y techos, trabajados en diferentes materiales, las cajas de color que creamos te transportarán a sitios increíbles”. Su proyecto para Valyty Store es reflejo de estas tendencias. Un espacio envolvente y acogedor en el que el color melocotón añade frescura y podemos encontrar detalles en marrón, naranja y bronce, aportando energía y sofisticación. Mobiliario hecho a medida y un uso exquisito de la luz y las texturas. Para un resultado final único, nada como su fabuloso espejo Rockola, en esta ocasión en tonos amarillos. Actualmente la diseñadora se encuentra inmersa en un nuevo trabajo con Casa Decor y, aunque aún es pronto, estamos seguros de que será una verdadera aventura con final feliz, capaz de arrancar ese maravilloso efecto Wow que nos hace volar.
Texto: Clara Colorado
Fotografías: Manolo Yllera / Paloma Pacheco Turnes / Asier Rua / Casa Decor
"EN SUS LUMINOSAS CREACIONES SE RELACIONAN EN ARMONÍA DIFERENTES TEXTURAS, DESTELLOS DE LENTEJUELAS, LA GEOMETRÍA Y COLORES QUE REZUMAN VIDA. UNA SUMA DE DETALLES EN LA QUE SE RESPIRA CREATIVIDAD Y UNA ESENCIA SOFISTICADA Y FEMENINA QUE INVITA A LA FANTASÍA."
L a primera vez que se constató ocurrió en la Basílica de la Santa Cruz de Florencia. Bajo su cúpula confluyó el éxtasis de la belleza y el sentimiento de la alegría. Del goce artístico nació la más elevada emoción romántica: el síndrome Stendhal. Los sorprendentes espacios sensoriales de Miriam Alía producen una sensación similar de levitación artística, el efecto Wow. Para la diseñadora la inspiración puede partir del surrealismo, adquirir toques del estilo midcentury o provenir de una mirada futurista usando metacrilatos y telas iridiscentes. La luz y el color sumados a una combinación deliciosa de detalles que dialogan entre sí convierten viviendas en acogedores refugios. Tonos vibrantes y alegres, luces que nos llenan de energía, piezas curvas y sensuales capaces de transportarnos al eterno verano tropical de Palm Springs o a un paseo por las nubes. La marca de moda Dolores Promesas, la actriz Paula Echeverría y la artista Miranda Makaroff son algunas de las clientas que han caído bajo el influjo del efecto Wow. En busca de lo extraordinario Miriam Alía ha conseguido romper todas las barreras y hacernos soñar sin límites.
Parte de la filosofía que vertebra la obra de Miriam Alía son los pequeños detalles, las piezas que brillan a través de su historia, los estampados y la variedad de materiales en perfecta convivencia. En sus luminosas creaciones se relacionan en armonía diferentes texturas, destellos de lentejuelas, la geometría y colores que rezuman vida. Una suma de detalles en la que se respira creatividad, una esencia sofisticada y femenina que invita a la fantasía. No es de extrañar que desde muy temprana edad Miriam Alía sintiera clara su vocación. Siendo niña hacía casas con cajas y se cuestionaba la decoración de las viviendas de sus amigos. Cuando tuvo la oportunidad de elegir estudios se decantó por Arquitectura de Interiores en IADE. Cuenta a Ikigai Magazine que la experiencia le gustó muchísimo. “Encontrar una formación en la que estaban reunidas todas mis asignaturas favoritas y aprender más sobre ellas fue una suerte”. Disfrutó especialmente de Historia del Arte. “Siempre me ha inspirado la pintura y ver la forma en que trabajan el color para transmitir sensaciones”. Otra de las asignaturas que más le marcó fue Análisis, donde tuvo la oportunidad de experimentar con el dibujo, aprender a mezclar colores y crear nuevos tonos. La diseñadora afirma que esta fue la base para todo su trabajo posterior.
Gracias a su cuenta de Instagram hemos podido asomarnos a sus mundos. Salones que emergen de dunas de arena, ventanas que ondean y oficinas que flotan sobre láminas de agua para Bang & Olufsen. Estancias transgresoras y bañadas de luz para Madd Membership Club e incluso su maravilloso hogar estilo Años 70 en el que luz y el color se mezclan a la perfección gracias a elementos como cristaleras teñidas. El paso de la luz a través de una mampara anaranjada consigue un ambiente lleno de magia que invita a desconectar. Sus diseños son pura vitamina, optimismo y glamour. Sin embargo, cuando hablamos con ella sobre sus comienzos nos dice que “lo más difícil al principio fue enseñar lo que era capaz de hacer. Nadie puede contratarte para hacerlo si no lo ha podido ver antes”. Por ello comenzó haciendo reformas sencillas con escaso diseño, en las que sobre todo gestionaba y organizaba el trabajo. Pero gracias a Instagram y a Casa Decor pudo comenzar a mostrar lo que era capaz de hacer y comenzó a recibir propuestas. La firma de maquillaje Bourjois le ofreció su primera oportunidad en solitario, “una sala de presentaciones que era pura fantasía”. Acabado el proyecto sintió que todo era posible, que no había límites.
Su proceso creativo siempre comienza con Moodboards. Nos cuenta que “inicialmente con imágenes desde el ordenador, pero termina siendo un moodboard físico ya que voy añadiendo muestras de todos los materiales, telas y texturas que intervienen en el proyecto, me ayuda mucho a visualizar el conjunto”. En esta fase creativa puede mover, reorganizar y analizar las diferentes perspectivas en busca de la armonía, la sensación de bienestar, la funcionalidad y la combinación cromática más potente. El proceso de obra es el escenario en el que la creatividad se torna en realidad y hace que el esfuerzo merezca la pena.
Cuando le preguntamos sobre tendencias para este año 2024 la diseñadora madrileña no lo duda. “El color naranja-melocotón y el efecto monocolor en suelos, paredes y techos, trabajados en diferentes materiales, las cajas de color que creamos te transportarán a sitios increíbles”. Su proyecto para Valyty Store es reflejo de estas tendencias. Un espacio envolvente y acogedor en el que el color melocotón añade frescura y podemos encontrar detalles en marrón, naranja y bronce, aportando energía y sofisticación. Mobiliario hecho a medida y un uso exquisito de la luz y las texturas. Para un resultado final único, nada como su fabuloso espejo Rockola, en esta ocasión en tonos amarillos. Actualmente la diseñadora se encuentra inmersa en un nuevo trabajo con Casa Decor y, aunque aún es pronto, estamos seguros de que será una verdadera aventura con final feliz, capaz de arrancar ese maravilloso efecto Wow que nos hace volar.
Texto: Clara Colorado
Fotografías: Manolo Yllera / Paloma Pacheco Turnes / Asier Rua / Casa Decor